ni detrás, ni delante. AL LADO.

Lo bueno, lo único bueno de haber estado de mierda hasta el cuello y bajo la mirada de la gente que espera una explicación que tú no sabes dar, es que ahora, al estar del otro lado, y ver como una persona tiene las palabras anudadas a la garganta y no es capaz de emitir algún sonido que te haga comprender que está pasando, poseas toda la paciencia muda, comprensión desinteresada y fe ciega en alguien que por merecer la pena de la manera en que lo hace, merece también todo el tiempo que necesite y la atención que crea conveniente aceptar.